Miradas y sentires desde el territorio en el marco de la pandemia

Niños en el resguardo de Muellamues municipio de Guachucal en Nariño durante la pandemia
Juan Pablo Pachecho Colimba de Muellamues, Guachucal Nariño. Fotografía de Fundación Intimakuna.

¿Cómo ha afectado la pandemia de COVID19 a los territorios de Colombia? Lo analizamos desde diferentes perspectivas. Voces unidas para hablar sobre la vida, el cuidado y la familia. ¡Somos Enlace!

Sentires desde la frontera

Para iniciar, hablaremos sobre el Pueblo indígena de los Pastos, el cual lo conforman más de 24 resguardos y cabildos. Asentados en los Municipios de Ipiales, Potosí, Córdoba, Puerres, Funes, Iles, Contadero, Pupiales, Aldana, Cuaspud, Cumbal, Guachucal, Sapuyes, Túquerres, Mallama, Guachavéz, Samaniego, Imues y Guaitarilla; con presencia ancestral también en el norte de Ecuador.

Los ‘pastos’ son hombres y mujeres fuertes, forjadores de trabajo y unidad. Uno de los pueblos con mayor población en Nariño y otras regiones del país.

Aunque no hablan su lengua materna ésta viene en proceso de revitalización. Fue hablada hace muchos años y así mismo está hoy presente en los nombres de los resguardos, lugares, predios, apellidos e incluso en los nombres de sitios sagrados, ríos, lagunas y plantas.

Para los pastos es importante el fortalecimiento de su identidad cultural, la medicina tradicional, usos y costumbres y demás manifestaciones y prácticas ancestrales.

Resguardo indígena de Mueses, Nariño
Territorio resguardo indigena Mueses en el sur de Nariño.

En la actual situación de pandemia fue evidente al inicio del aislamiento preventivo obligatorio la dificultad para adaptarse a la utilización del tapabocas. No fue muy bien recibido. Incluso la misma recomendación de «Quédate en casa» se transformó más bien en «Quédate en el territorio» para «salvaguardar la vida».

Los indígenas, igual que los campesinos asentados en estas tierras donde la ganadería y la agricultura son la fuente de ingreso y sustento familiar, aquí que deben movilizarse diariamente al interior de las comunidades y resguardos desde las tres de la mañana al ordeño y a las diferentes actividades que realizan.

El proceso es lento y poco a poco las personas se van adaptando. Por ejemplo, el saludo ya no es de mano y se intenta respetar el distanciamiento físico.

Carlos Valverde de Muellamues Estéreo nos cuenta cómo se han recibido las medidas de prevención en el resguardo

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Mirada desde la ciudad

La mayor cantidad de población en Bogotá es de estrato medio y vive del comercio de microempresas y de trabajos informales, debido a esto la inestabilidad económica es una de las grandes preocupaciones. Según la Cámara de Comercio, hay una disminución entre 370 mil y 550 mil empleos y una tasa de desempleo entre 18% y 22%.

Sin embargo, hay otra realidad silenciada -pasiva- que ha afectado a los hogares al interior de la metrópoli. La suma de preocupaciones, tanto de quienes tienen la posibilidad de teletrabajar (por exceso de carga laboral); como de quienes tienen que seguir saliendo a rebuscársela junto a la incertidumbre.

Ciudad de Bogotá durante la pandemia de covid19
Bogotá en cuarentena. Fotografía por: Daniel Felipe Oquendo

El miedo a contagiarse, las pocas posibilidades de movilizarse sin tener contacto con otras personas; sumado al encierro por varios meses, dejaron la inestabilidad emocional al descubierto. La situación de la comunicación en las familias cada vez se tornó más preocupante.

La Bogotá que vivía corriendo de aquí para allá, con la menor distancia posible entre personas, con conversaciones cortas y únicamente necesarias; «Porque cada quien estaba en lo suyo». Ahora tiene que convivir, expresar y enfrentar cambios que nos obligan a ser más empáticos, amables; y a llevar una comunicación asertiva para la resolución de conflictos. Para así sobrellevar las cargas personales y familiares, seguir cuidándonos y cuidando a los demás.

La situación desde el resguardo indígena Mueses

En el sur de Nariño el campo es el motor que produce suficientes alimentos para atender las necesidades de la comunidad. Con el transporte y la producción, la adquisición de insumos, la contratación de mano de obra, y la habitual incertidumbre sobre precio y demanda.

Eso sucedía hasta marzo de 2020, ya que el escenario actual nos muestra unos altos niveles de pobreza que son preocupantes. Además  existe una alta porción de los problemas que hoy se derivan del tan afectado campo.

Territorio del resguardo indígena de Mueses en Nariño
Fotografía del territorio resguardo indigena Mueses en el sur de Nariño.

El comercio en esta zona de frontera antes de la cuarentena se consideraba un pilar fundamental en la economía. Hoy ese sector presenta grandes pérdidas debido a los toques de queda, que han generado bajos ingresos y el cierre de establecimientos de comercio. Hechos que se ven reflejados en los altos índices de desempleo.

Mueses es un territorio ancestral de habitantes humildes, trabajadores y emprendedores. Donde las actividades cotidianas empiezan antes de rayar el sol. Es un territorio Indígena, ubicado al sur de Nariño en el municipio de Potosí, vecino del santuario de ‘Las Lajas’.

Esta prueba tan dura que nos ha puesto la Madre Tierra nos cambió la cotidianidad, antes de la pandemia la gente madrugaba a sus quehaceres diarios el trabajo se realizaba con toda la confianza en familia en amigos y también en grandes peonadas como es un término propio del sector.

En las tardes las reuniones entre amigos en diferentes lugares del territorio, que ya eran muy comunes, para conversar de lo acontecido en el día, de los proyectos, del cultivo, o incluso participar de la recocha o molestar a alguien; Cada 15 días el fin de semana asistir a la Asamblea de Cabildo para conocer la gestión del Gobernador y de los integrantes del cabildo, y también así conocer qué se proyectaba para continuar en los próximos días; Las jornadas y programas culturales organizados por el cabildo, la Institución educativa y también las mingas de trabajo.

La pandemia nos negó muchas de estas actividades cotidianas, nos llevó a tapar nuestra sonrisa, pero nos unió en familia. Adaptarnos a la realidad fue difícil, acatar los decretos emitidos por las autoridades. Nos costó entender, nos costó comprender, el sonido de los automóviles, motos y el mismo murmullo de la gente se silenció, las carreteras quedaron vacías.

Ahora es un reto más levantarnos de esta dura crisis económica que nos ha generado la pandemia. El gobierno va autorizando gradualmente la apertura del comercio, pero el virus sigue entre nosotros; asechando cada vez más, aprovechando nuestra necesidad de buscar sustento, aprovechando el mas mínimo descuido.

Desde este sur manifestamos, cuídate, cuida a tu familia, cuidémonos todos

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